Fin de semana.

Este fin de semana fué genial, buena compañia, un hermoso lugar y mucho que estudiar, claro, el estudio que en rara ocasión puedo dejar de lado. Al que no puedo dejar de lado es a Fabián y es que a pesar de todo lo que pase, me sigo preocupando por él, como antes, como ahora y como siempre... sin duda ya no tengo arreglo en ese asunto. Por lo pronto estoy felíz, disfruto y sufro todo lo que tengo que sufrir y a pesar de que me dice que vallamos con calma, calma es lo que menos tengo por estos ajetreados dias, en que siento que el tiempo pasa lento cuando me pongo a recordar y que se vuelve indeseable cuando tengo que cumplir con "mis responsabilidades", pero bueno, fué mi elección y nadie me obligó, asumo hasta el final y mostraré orgullosa al final mis heridas de batalla. Ahora debo ir a una fastidiosa clase de Derecho Internacional Público, una de las peores cosas que me suceden en este año de mi vida, pero cuando el deber llama hay que acudir... (¿podríamos eliminar los deberes del mundo?)