martes, 4 de septiembre de 2007

Dejando que pase el huracán.

Despues de todo, los dias han trancurrido lángidos por mi existencia, los minutos inclementes se aprovechan de mi angustia que surge en los momentos menos apropiados, la ducha se me ha hecho ya lugar frecuente de desahogo, cansada ya de mostrarle al mundo mi debilidad. Sé que la vida continúa y de esa frase he sacado fuerzas para levantarme estos dias, dias de lluvia, pena, angustia y la certeza de que sea cual sea mi decisión me va a costar tanto... dejar al hombre que mas he amado en este mundo es demasiado dificil, pero aceptarlo con "su hija" es tanto o mas dificil también. El dolor que me causa la palabra "hija" en este momento es tan grande que prefiero ni siquiera pensarla, cuando me ducho y miro mis pechos los siento inservibles, por una extraña razón me siento hueca, siento que me robaron algo y ese "algo" es no haber sido yo la que le diera la felicidad del primer hijo, puede parecer ridiculo pero asi es, siento que mi útero dejó de ser funcional. En fin, solo espero que el tiempo haga su trabajo, que lo haga bien y que yo encuentre la sabiduría necesaria para tomar la mejor decisión, como me dijo mi madre: piensa cuál opción es la que te hace sufrir menos, y si sientes que es el amor de tu vida no lo dejes ir", me da tantas vueltas en la cabeza esa frase, y es que las madres, por algún extraño motivo tienen un sexto sentido... continuaré pensando y por supuesto viviendo, la vida es una comedia y la mia debe continuar.

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