Domingo con "Montaña de Oración"

Estoy simplemente aburrida, no tengo nada contra la religión, al contrario, apoyo la libertad de culto y todo pero esto ya me hartó. Creo que todos ya conocen (por lo menos la gente de Valdivia) lo que es "Montaña de Oración" pues bien, creo que es un ABUSO lo que la gente de esa "iglesia" (a ratos por los gritos me parece estadio) hace. Sí, cantar desde las 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde a todo pulmón y con equipo de amplificación incluido canciones de "culto protestante" no es abuso, entonces no sé qué es. Creo que sobrepasa la paciencia de cualquiera, por mas liberalista que sea. El asunto es que vivo justo atrás de esta "iglesia" (insisto en lo del estadio) y me perturban mucho la vida con su maratón semanal de culto religioso que incluye baterías, bajos y guitarras eléctricas. Sé que esto puede sonar a intransigencia de mi parte, pero no es asi, de hecho ayer ya eran las 6 de la tarde, eso aún no paraba y ellos comenzaron su culto a las 10 de la mañana...y no es solo el día Domingo, también ensayan durante el transcurso de la semana, lo peor es que no puede se puede hacer mucho al respecto, de hecho, las veces en que se ha intentado "hacer algo" no ha resultado. Paradójicamente ayer estuve toda la tarde inmersa en una lectura sobre los "Derechos Fundamentales y sus Paradojas" y vaya, estoy metida en una de ellas cada Domingo de la semana.

Por otra parte, debo reconocer que por estos días he estado "poco trascendentalista", preocupada de cosas muy "livianas", mostrando el lado incomprensible de las mujeres (según el entendido en la materia: Francisco) mirando como se me va el tiempo "libre" a traves de la ventana, añorando cosas que ya no tengo y que no puedo recuperar por lo menos en un buen tiempo, mis únicas actividades productivas de la semana se remiten al estudio de derecho procesal, derecho penal y claro leerme el texto de derechos fundamentales, poco estrés, poca vida, mucha Montaña de Oración y mucho que pensar... mejor continúo deleitando mis oídos al ritmo de la incansable melodías como "todo tembló ante el poder de mi Señor" que aunque no quiera, desde que llegué a Valdivia he escuchado más veces de las que quisiera.