Hormonas y Nueva Región.

Ayer fué un día realmente fatidico... me dolía hasta el pelo y no es una exageración, esto del "cambio hormonal mensual" me tiene harta, si tan solo fueran visitantes imperceptibles, pero no, joden y joden hasta doler, hasta que te tumbas en la cama, hasta que te vuelves inservible para tus cotidianos que haceres... la peor parte es el llanto, ese que fluye y que al instante te preguntas ¿y ahora por qué lloro?, ¿TENGO PENA ACASO? y no, tal vez no pasa nada pero viene ese delirio de magnificación de las cosas, te sientes el peor ser del mundo y todo te pasa a ti, todo eso para terminar con esa "sobredosis de pastillas" que debieran calmar tu dolor y " levantar el animo" pero al parecer, no tengo receptores para esas pastillas y el único efecto que me producen es hacerme dormir profundamente.

Ayer, cuando le comenté de mi dolor a Francisco, él, como siempre haciendo tonteras dijo muy fuerte: ah, yo también te diria si me doliera la próstata!!!, la risa que me dió el comentario me levantó el ánimo, pero Francisco, sé sincero NUNCA me dirías que te duele la próstata por que sabes que en un día normal te molestaría hasta reventar.

Hablando de sucesos importantes, el viernes pasado fuí a la "Fiesta de la Nueva Región", fiesta a la que extrañamente pocos valdivianos que conozco fueron y ahi estaba yo "una Santiaguina" celebrando. El show a decir verdad, estuvo bastante bueno y hasta pense a ratos que quedaría la cagada por esos típicos tipos que andan puro dando la hora pero finalmente no fué y esa escena tipicamente valdiviana de los fuegos artificiales sobre el río tuvo una significación y una llegada al público inimaginable, se oía a la gente que gritaba "Valdivia nueva región" a coro con Miguel de "Sexual Democracia" que acompañaba a "Los Jaivas" en el escenario y que por supuesto cantó su tema "Regionalización", todos saltabamos sin parar, la alegria se contagió y esos fuegos artificiales no paraban de alumbrar y de paso nublar el cielo valdiviano, que por estos días se ha mostrado cordial e inclemente a la vez con las altas temperaturas. Así terminó la odisea de tantos años, esa "lucha" de la que tanto me hablaban en casa de mis tíos y de lo importante que es para la mayoría de la gente de esta parte del país, con una fiesta masiva, gritos y muchos ¡Chi-chi-chi, le-le-le-le, Valdivia de Chile!.

Gente: me siento contenta de vivir en Valdivia, tengo una historia en suspenso y otra que escribo dia a dia, Valdivia formó parte de mi pasado y yo ahora, acá mismo construyo parte de mi futuro.